Comportamientos a evitar si se trabaja desde casa

Una de las principales enseñanzas que se derivan de la crisis económicas es el aumento del autoempleo por parte de los profesionales de este país. Y es que el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) no hace sino ganar adeptos y en la actualidad está próximo a encontrarse en los valores similares a antes del estallido de la crisis.

En este sentido, hay que tener en cuenta que el trabajo autónomo, el cual es teletrabajo en muchos de los casos actuales, requiere de unas habilidades extra para ser llevado a cabo. ¿El motivo? La ausencia de jefes, de horarios y de las responsabilidades asociadas al trabajo asalariado son algunas de las respuestas que merece tal interrogante.

Y es que para ser productivo hace falta dominar a la perfección el concepto de trabajo desde casa. De esta manera, a través de una serie de errores comunes en los que no se ha de caer el profesional puede disfrutar de las ventajas del teletrabajo sin olvidarse del complimiento de sus obligaciones.

Una de las más importantes es la carencia de una dieta equilibrada y suficiente. Ello se debe a que cuando se trabaja fuera de una oficina real se tiende a caer en el error de prolongar la jornada de trabajo, de modo que le pueden dar las cinco de la tarde y no haber probado bocado en todo el día.

Una actitud que no es buena para su salud, en primer lugar, pero que tampoco repercute positivamente en el trabajo. De hecho, cuando se es freelance los horarios para las comidas no son la principal preocupación, por lo que se ha de tener un control de esta actividad y reservar un tiempo para comer productos saludables en momentos concretos de la jornada.

Otro de los comportamientos que se han de evitar está relacionado con la exposición del lugar de trabajo a las ventanas o espacios en los que se puede atisbar la actividad exterior. Y es que, aunque no es necesario aislarse en una habitación sin ventanas, es preferible trabajar en una ubicación alejada de distracciones, ya que de lo contrario se pierde la atención en lo que se está haciendo.

Es lo que sucede cuando reposamos nuestra mirada en la actividad de paseantes, niños o animales delante de nosotros, de modo que puede llegar a ser interesante reestructurar el espacio y evitar las distracciones que sean posible para garantizar la calidad, eficacia y productividad del trabajo.