¿En qué consiste el coworking?

Los espacios de coworking son oficinas compartidas en las que profesionales autónomos, teletrabajadores y empresarios se dan cita para trabajar. En su mayoría se trata de profesionales que no necesitan más que un portátil, un teléfono y una buena conexión a internet para poder realizar su trabajo: programadores, diseñadores, gestores de comunidades online, periodistas, comerciales o consultores.

La figura del gestor es lo que diferencia a este espacio con el resto de centros de trabajo y oficinas tradicionales. Esta persona se encarga de trabajar a tiempo completo para que se genere un clima de confianza suficiente entre los distintos profesionales el cual permita acelerar las oportunidades de trabajo y ayuda.

Este concepto de trabajo cuenta ya con una historia de diez años de vida, durante los cuales no ha hecho sino multiplicarse aupado, fundamentalmente, por la evolución de Internet. Así, una persona es capaz de realizar este trabajo donde antes había una organización completa.

En este sentido, el coworking está destinado a aquellos profesionales que buscan flexibilidad, un entorno de trabajo profesional y unos precios razonables. De hecho, los usuarios de estos lugares son en su mayoría autónomos y emprendedores, profesionales a los que les basta un ordenador y un móvil para trabajar y buscan un lugar donde colocarse: mesa, silla y, por supuesto, conexión a Internet.

Entre las ventajas que este sistema de trabajo aporta a los profesionales destaca la flexibilidad del uso del espacio, en función de las horas que se necesiten y no requieren más de un mes de prolongación en el contrato. Además, resultan muy útiles pues sirven de espacio propio, haciendo las jornadas de trabajo más productivas.

Del mismo modo, el coworking también se caracteriza por la falta de interferencias mientras se trabaja, por la generación de relaciones y mejores redes de contacto así como la potenciación de la conciliación entre la vida personal y familiar.

Sin embargo, esta modalidad de trabajo también puede acarrear una serie de inconvenientes a los profesionales. En algunos casos resultará que estos perciben una cantidad de ruido superior a la que están acostumbrados. También puede suceder lo contrario, que exista demasiado silencio y uno tenga miedo a romper el ambiente por tener que realizar una llamada. Por último, es muy común que muchos vean un problema a la falta de privacidad en las llamadas telefónicas y a trabajar siempre con alguna compañía.