Se trata de un elemento invisible en la mayor parte de los espacios, independientemente de que estos estén dedicados a la actividad laboral o al ámbito doméstico. Sin embargo, si nos centramos en el primer tipo de lugares se convierte en un material imprescindible, que sin duda, debe analizarse cuidadosamente.
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Nos referimos a las pechas, que si bien puede resultar un objeto secundario en cualquier oficina, en ninguna pasa inadvertido, sobre todo por su componente de necesaria utilidad. Pero, ¿cómo elegirlas correctamente? ¿cómo saber que no sobran o que no faltan de acorde a las necesidades del espacio?
Para ello, primero hay que saber cuáles son los tipos de pechas de oficina que existen. Los mismos son básicamente dos. De un lado encontramos los percheros de pie. Estos se caracterizan por su componente estético, que puede resultar atractivo en un despacho dado.
Sin embargo, también hay otras características determinantes de este tipo de perchas. La más importante es la capacidad de las prendas que puede soportar, en general menor que la de otro tipo de percheros. Así, las perchas de pie resultan una opción adecuada en el caso de que se trate de una oficina pequeña o que reciba poco volumen de gente.
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En el lado opuesto se sitúan los percheros de pared. Estos tienen como rasgo principal lo opuesto a lo que acaba de comentarse, pues dadas sus dimensiones permiten colocar más prendas sin temor a que estas se extravíen las unas con las otras. De igual modo, se trata de una solución muy útil pues al apoyarse en la pared, no ceden al peso que puede resultar del cúmulo de ropa colgada.
Este grupo también cuenta con la gran ventaja de que se pueden adaptar al espacio, colocándolas donde haya hueco suficiente o donde los integrantes de la organización estén más cómodos. De igual manera, son útiles para las personas de movilidad reducida, ya que al poder adaptarlas de altura les resulta más fácil colocar sus prendas.
Por último, es fundamental que a la hora de seleccionar los usos que se le va a dar a este objeto así como el número aproximado de personas que lo van a utilizar. A partir de estos datos comprar el que resulta más óptimo para cada lugar será una decisión mucho más sencilla.