En una oficina son diversos los utensilios que son necesarios en el día a día. De hecho, las empresas destinan una parte de sus presupuestos anuales a estas funciones. Es por ello que es importante tener en cuenta cuáles son los puntos en los que se puede ahorrar y evitar malas praxis en lo que se refiere al consumo de material de oficina.
Con esta actitud, además, se conseguirán una serie de objetivos como mejorar las cuentas de la empresa y, a la vez, se comprometerán al cuidado de la organización y, por extensión, del medio ambiente.
La primera de ellas es el ahorro de tóner o tinta. Utilizar tipografías eficaces, el papel adecuado, revisar los documentos que se van a imprimir o decantarse por software especializado serán decisiones muy útiles a la hora de mejorar los resultados de la empresa en este sentido.
Sin embargo, existen alternativas mucho más útiles a la hora de ahorrar en la oficina. Una de las más rentables son los cartuchos de tinta reutilizables y los toner reciclables. De este modo, las empresas pueden reducir sus consumos de tinta sin por ello perder calidad en la impresión ni seguridad en el trabajo impreso.
En paralelo, otras de las formas de ahorrar papel, es la reutilización del mismo. Esto se puede hacer a través de la impresión a doble cara y, si esto no es posible, de la reutilización del papel mediante su uso para otras labores, bien para apuntar y tomar notas a mano, bien para llevar a cabo proyectos utilizándolos.
En paralelo, el ahorro en la oficina se materializa a través del uso responsable en los insumos, en el uso de las instalaciones y utilizando el material más adecuado, tanto en lo que respecta al mobiliario, como a los dispositivos que se utilizan en la organización. Solo así sus miembros podrán constatar de manera eficaz y verídica cómo el consumo de esta partida cae.